Tragar, engullir y correr
Tragar, engullir y correr baja las escaleras con lágrimas en los ojos, dos pisos más bajo, llora.
Tragar, engullir y correr saborea el salado flujo de sus ojos mientras piensa que no hay nadie en el mundo con mayor tristeza.
Tragar, engullir y correr se pregunta que sucedería si dejara de moverse, pero sigue arrastrándose escaleras abajo.
Tragar, engullir y correr tiene las manos frías como la piedra, todo su cuerpo arañado por oscuras enredaderas.
Ya en la calle tragar, engullir y correr sigue avanzando a pesar de la lluvia, huye apartandose de la gente, y traga saliva, y traga otras muchas malas cosas mientras una idea destructiva va echando raices en su enmarañada cabeza.